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Ansiedad social
Haz las paces con tu voz, tu cuerpo y tu presencia en el mundo
Hablar en público, exponer en clase, expresar una opinión o incluso enviar un mensaje… Cuando la ansiedad social aparece, todo lo que implique “ser visto” puede generar angustia, bloqueo o deseo de desaparecer.
No es timidez. No es falta de habilidades. Es un malestar real que afecta a tu forma de relacionarte con el entorno y contigo misma.
En consulta, abrimos un espacio seguro para comprender qué te ocurre y entrenar nuevas herramientas que te permitan expresarte con más libertad, confianza y calma.

¿Qué significa trabajar la ansiedad social?

La ansiedad social se presenta cuando el miedo al juicio, la vergüenza o el rechazo interfieren con tu vida diaria. Puede aparecer en la adolescencia o en la adultez, y en muchos casos se mantiene durante años sin abordaje.
Trabajamos desde un enfoque psicológico que integra:
Comprensión del origen del malestar (experiencias previas, aprendizaje social, sesgos cognitivos…).
Entrenamiento de habilidades sociales: expresión de opiniones, manejo de conversaciones, decir “no” sin culpa.
Exposición progresiva a situaciones temidas, siempre desde tu ritmo y sin forzarte.
Regulación de síntomas físicos (taquicardia, sudoración, bloqueos).
Apoyo en momentos clave: presentaciones, entrevistas, grupos, etc.
No te ayudamos a ser “más extrovertida”. Te ayudamos a sentirte más libre siendo tú misma.
¿Cómo puede ayudarte la psicoterapia en tu día a día?
La ansiedad social puede hacer que tareas cotidianas —como pedir algo en una cafetería, hacer una videollamada o compartir una idea en clase— se vivan como retos desproporcionados. Trabajar este malestar te permite recuperar espacios de tu vida que hoy evitas, y empezar a vivirlos con mayor seguridad, calma y libertad.
Algunos beneficios frecuentes de este tipo de acompañamiento son:
- Hablar sin miedo: participar en clase, en reuniones o en eventos sociales sin sentir que estás en peligro.
- Ganar seguridad: dejar de compararte constantemente con los demás.
- Gestionar mejor los nervios: aprender a identificar, aceptar y regular tus síntomas físicos.
- Construir relaciones más auténticas: conectar desde la calma, no desde la autoexigencia.
- Recuperar espacios que has evitado: sin sentir que te estás exponiendo demasiado.
Tu recuperación empieza con un primer paso
Puede que lo hayas evitado durante años. Puede que solo pensar en hablar con alguien ya te active la ansiedad.
Pero aquí no tienes que demostrar nada. Solo traer lo que te pasa y empezar a soltar lo que ya no te sirve.
¿Por qué trabajar la ansiedad social con Joana Tomàs?






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La confidencialidad es un derecho
¿Mi psicóloga puede contarle a otros lo que hablamos en consulta?
No. La terapia es confidencial. Aquello que tú cuentes en consulta se queda en consulta. No obstante, hay unas situaciones en las que podemos saltarnos el secreto profesional por causa mayor.
Es importante que conozcas los límites de la confidencialidad: